Se trata de un grupo de silos situados a ras de suelo. Algunos están tallados en la roca que aflora al borde de la terraza, otros están tallados en bloques exentos de piedra que luego se han enterrado dejando la boca al nivel del suelo.

Estos últimos tienen forma globular, una profundidad de unos 2 m y unos 40 cm de diámetro de boca, en la que se ha tallado un rebaje para poder colocar una tapa de madera. Están protegidos por una construcción de mampostería de unos 20 m de largo, unos 2,5 m de ancho y 1,5 m de alto, cubierta con viguetas de madera y teja árabe, que en su interior fue tabicada en siete segmentos más o menos regulares (2,5 m de largo), de modo que cada uno de ellos guarecía uno o dos de estos silos. El hecho de que se tabicara formando casetas con huecos de entrada independiente indica un uso particular por distintos dueños.

Los que están tallados en la roca que aflora en el terreno son cuatro, dos próximos a las casetas y otros dos a más distancia hacia el este. El diámetro de las bocas oscila entre 75 y 95 cm. Están rellenos de tierra.

Los primeros debieron usarse hasta época reciente.

Su función, evidentemente es de almacenaje. Teniendo en cuenta la presencia de olivares en los campos circundantes y la existencia de una almazara, hacen pensar que se destinaron a contener aceite.