
El año pasado os informamos de un importante hallazgo relacionado con la música tradicional: un conjunto de cintas de cassette que contenían las grabaciones de campo realizadas por el investigador Juan José de Mur entre 1979 y 1985, que utilizaría pa...
Normal 0 21 MicrosoftInternetExplorer4 /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin:0cm; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman";} El conjunto conventual constaba de una iglesia y, adosadas a ella, las dependencias monásticas dispuestas en torno a un claustro central. Dichas dependencias, estructuradas en dos plantas en torno al claustro, han sufrido numerosas modificaciones desde su construcción, por lo que apenas es posible constatar ni su distribución ni su aspecto original. Entre ellas cabe destacar la denominada capilla de la Virgen, una sala rectangular en la que hay pinturas murales del siglo XVIII (pueden ser contemporáneas a la reforma de la iglesia) que representan las diversas letanías del rosario (hortus conclusus, speculo sine macula, etc.) mediante una imagen alusiva y el texto correspondiente; son de carácter popular y, dentro del mismo, de relativa calidad. Quizás la fachada exterior del convento, situada a continuación de la fachada de la iglesia, conserva, a pesar de las reformas y restauraciones, un aspecto más similar al original. Presentaba dos plantas, con una composición muy rítmica basada en cinco contrafuertes de ladrillo entre los que se abren vanos dispuesto con gran regularidad y simetría: en la planta baja se trata de ventanas cuadradas y en la superior de balcones. Hay un último cuerpo de remate de construcción contemporánea.
Los libros, bibliotecas y hábitos lectores constituyen un capítulo apasionante de nuestra historia cultural. ¿Qué leían nuestros antepasados? ¿Cómo eran las bibliotecas de los humanistas, clérigos y nobles en el Renacimiento o el Barroco? Buscando una respuesta a estas preguntas, nos asomaremos a la Huesca del siglo XVI, una pequeña pero pujante ciudad que contaba con una universidad y con una imprenta recién inaugurada, para conocer las bibliotecas y prácticas lectoras tanto de sus élites como de unos ciudadanos que también disfrutaban de lecturas públicas.
Jesús Vázquez ObradorSabiñánigo, Comarca del Alto Gállego, 2002