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Fosa común

Huesca -  Alto Gállego -  Biescas -  Biescas (Biescas)


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Datos generales


Fosa común de Biescas Tipo de fosa: Sin concretar
Fecha: 01/09/1938
Condiciones de acceso: La fosa de Biescas se localiza en el interior de su cementerio.

 

En el cementerio de Biescas existe todavía una amplia zona de fosas comunes no delimitadas en las que fueron sepultados los restos de numerosas personas muertas en el curso de distintos episodios violentos de nuestra guerra civil. Entre ellos se contarían al menos una parte de los diez vecinos del pueblo -Manuel Aso Escartín, Mariano Gracia Lanuza, Benito Claraco Fabós, Agustín Pueyo Laín, Andrés Ara Estaún, José María Ara Urzainqui, Emilio Escartín Lalaguna, Pedro Estaún Sanz, Pedro Alamañac y Eustaquio Callavé Escartín- asesinados por los republicanos tras la toma del pueblo por las fuerzas leales, así como un número no determinado, pero en todo caso elevado, de los soldados muertos en el transcurso de los combates registrados en la zona y que culminaron el 22 de septiembre de 1937 con la toma de Biescas y Gavín por las tropas republicanas. Hay que especificar que un total de 70 cuerpos exhumados salieron desde el cementerio de Biescas para el Valle de los Caídos hacia el año 1959, entre ellos se habrían contado un total de 22 miembros de la unidad rebelde conocida como “Los Panteras del Pirineo”, 17 de ellos procedentes de Sallent de Gállego y Panticosa y los otros cinco de Madrid. Por tal motivo resulta difícil especificar cuántos cuerpos podrían yacer todavía en el camposanto de la localidad.

Además de los soldados muertos en combate también se encuentran allí la totalidad o al menos una parte de los jóvenes del Valle de Tena que miembros de la unidad rebelde conocida como “Los panteras del Pirineo”. Un buen número de ellos murieron en combate o fueron ejecutados sumariamente por los republicanos tras la conquista de Gavín en un barranco cercano a Yésero y en el prado de la iglesia de San Bartolomé, en el mismo término de Gavín. Quienes yacían en este último lugar fueron desenterrados años después de la guerra y si bien parece que los procedentes de Panticosa fueron trasladados a su localidad de origen, en otros pueblos del valle como Hoz de Jaca, Piedrafita de Jaca, Saqués, Lanuza o Búbal siempre se desconoció el paradero final de los restos pertenecientes a los jóvenes oriundos de esas localidades. O al menos eso se desprende de los testimonios orales de varios residentes en esos lugares, donde la tragedia sufrida en Gavín por los jóvenes del valle dejó honda huella. También están sepultados en ese lugar los nueve miembros del Batallón Cinco Villas ejecutados por sus propios mandos después de que esa unidad protagonizara un plante reivindicativo. El mando republicano solicitó que los contestatarios enviasen a Biescas una delegación a fin de atender sus reivindicaciones; cuando esta llegó al pueblo sus integrantes fueron inmediatamente trasladados al cementerio y fusilados in situ. De la pervivencia de una gran fosa, en todo caso, poca duda cabe, y así lo atestigua la gran franja vacía existente al fondo del cementerio y que  ha sido respetada desde aquella época. La fecha es aproximada ya que los enterramientos tuvieron lugar a lo largo de toda la contienda.

La fecha de los acontecimientos es aproximada. 

 

Otras víctimas de la represión ejercida por los sublevados: Los vecinos de Biescas asesinados por los sublevados ascendieron a un mínimo de 16, pero todos ellos fueron asesinados en otros lugares. Nueve de ellos -Agustín Villanúa Batalla, Benito Lalaguna Callavé, Nicasio Isabal Caja, Antonio Fanlo Maza, Joaquín Gracia Claver, Esteban Aínsa Aso, Juan Artigas Martínez, Ramón Cajal López y Máximo Bergua Lalaguna- fueron tomados como rehenes y al cabo de unos días asesinados en Jaca, en fecha tan tardía como el 3 de septiembre de 1937. Antes, entre julio y diciembre de 1936, habían sido asesinados en esa misma ciudad otros cinco vecinos de Biescas llamados Juan Ara Hernández, Baltasar García Jordán, Justo de No Ferrer, Joaquín Isabal Ferrer y Francisco Ruba Lacasa. Otro vecino del pueblo llamado Pedro Cajal Gil fue asesinado en Huesca en agosto de 1936 y, por último, Esteban Guillén Gavín sería ejecutado en Zaragoza meses después de haber concluido la guerra. Un forastero de origen catalán llamado Francisco Chillarón fue asesinado en término de Biescas en los primeros meses de la guerra, pero se desconoce el paradero de sus restos, que también podrían encontrarse en el cementerio de la localidad.


Bibliografía


  • CASANOVA, Julián. (coord.). El pasado oculto. Fascismo y violencia en Aragón 1936-1939. Zaragoza: Mira Editores, 2001.
  • Enterrar a los muertos.
  • Enterrar a los muertos. Diario del Altoaragón. 24/04/2011
  • Guerra Civil en Aragón. El Pirineo.. Zaragoza: Delsan, 2008.
  • GÓMEZ, Esteban C. El eco de las descargas. Adiós a la esperanza republicana. Barcelona: Escego, 2002.
  • Maquis y Guerrilleros. Del Pirineo al Maestrazgo.. Zaragoza. [s.l.]: Delsan, 2003.

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