Bienes inmuebles, muebles e inmateriales declarados Bien de Interés Cultural, Catalogado, Inventariado y Monumento de Interés Local por el Gobierno de Aragón y los ayuntamientos
La parroquial, situada en el centro del recinto murado de la villa, se levantó en el siglo XIV sobre una primitiva construcción románica de mediados del siglo XII. Este templo medieval, de reducidas dimensiones constaba de una sola nave de tres tramos de desiguales dimensiones y cabecera absidial de planta semicircular. Orientada al este se accedía al interior por el sur. Este pequeño templo, construido en tapial y ladrillo, cerraba con bóveda de horno en ábside y seguramente con techumbre de madera en la nave.
El ábside, construido con muro de tapial, fue reforzado en el siglo XVI con cuatro arcos de descarga apuntados realizados en ladrillo y en el siglo XVIII re realizó la cornisa de ladrillo aplantillado.
Durante la primera mitad del siglo XVI, en tiempos de don Alonso Felipe de Gurrea y Aragón, se comienza la primera gran ampliación del edificio parroquial, que será terminada por don Martín de Gurrea y Aragón durante la segunda mitad del siglo XVI.
La transformación es radical, perpendicular a la nave del templo original se construye un nuevo edificio sobre una planta de nave única de tres tramos y cabecera poligonal; a la nave se adosan una serie de capillas entre los contrafuertes aprovechando la construcción del siglo XIV que quedo a los pies de la nave, siendo reformada la fábrica del ábside semicircular con la construcción de cuatro arcos de descarga apuntados de ladrillo.
Las obras de mediados del siglo XVI coinciden con la construcción del palacio ducal de Villahermosa, hecho que será determinante para la transformación de la parroquial ya que se construye un acceso directo, a modo de paso en alto que cruzaba dos calles y recorría algunas manzanas, desde el palacio a la iglesia cuya entrada abre al primer tramo de la nave por medio de una tribuna, alojada en una construcción interior con un acusado juego de volúmenes.
La segunda gran ampliación tiene lugar durante el último tercio del siglo XVIII entre los años 1785 y 1788 de la mano de don Juan Pablo Aragón Azlor, siendo arquitecto encargado de la obras don Juan de Villanueva.
Durante esta ampliación la parroquial incorpora un crucero acusado en planta, una breve cabecera de testero recto y una nueva sacristía adosada a la cabecera, desapareciendo la cabecera poligonal del siglo XVI. Además se construye una nueva tribuna adosada al lado derecho de la cabecera comunicada con la vivienda de la familia Turmo en compensación por la afectación de su vivienda por la ampliación.
Al exterior se reforman las fachadas adquiriendo el acento severo del estilo neoclásico academicista y se construye la torre adosada al muro de la epístola sobre un arco de paso.
Desde el siglo XIX se han llevado a cabo una serie de restauraciones que han ido mejorando el estado estructural del edificio pero sacrificando algunos elementos arquitectónicos de interés, tales como la desaparición de la tribuna de los Turmo.
Tras las numerosas fases constructivas actualmente la iglesia se levanta de acuerdo a una planta de cruz latina. Consta de una sola nave de tres tramos con capillas adosadas entre los contrafuertes de tamaños desiguales, cinco de planta rectangular y la que reaprovechó el antiguo ábside semicircular que conforma una capilla de dos tramos formado por presbiterio rectangular y cabecera semicircular; tiene crucero acusado en planta y cabecera de testero recto. Junto a la cabecera se adosó la sacristía de planta cuadrada y a los pies, en el lado de la epístola se adosó la torre campanario.
La cabecera y los brazos del crucero se cerraron con bóveda de cañón con lunetos mientras el tramo central del crucero se cubre con cúpula semiesférica. La nave se cierra con bóveda de crucería estrellada con florones de yeso, mientras las cinco capillas rectangulares y la tribuna, situada sobre la capilla del primer tramo de la nave al lado del evangelio, se cierran con bóvedas de crucería sencilla. La capilla situada en el antiguo ábside se cierra en el tramo del presbiterio con cúpula semiesférica mientras el ábside se cierra con bóveda de horno.
Las capillas que surgieron del reaprovechamiento de la primitiva iglesia se abren a la nave mediante arcos de medio punto ligeramente rebajados; mientras las restantes abren mediante arcos carpaneles. La tribuna se comunicó con la nave mediante cinco ventanas de perfil lobulado.
El exterior queda determinado principalmente por la reforma neoclásica que configuró un edificio de grandes volumetrías de aspecto severo y compacto, que al exterior concentra la mayor labor paramental en la fachada ideada por Juan de Villanueva.
La fachada principal está compuesta de dos cuerpos, en el inferior se dispuso el acceso bajo a través de un sencillo hueco adintelado, que sustituyó a un arco de medio punto flanqueado por triple arquivolta enmarcada por una moldura a modo de alfiz, remataba en frontón curvo y partido flanqueado por pináculos con bolas; en el cuerpo superior se dispuso tan solo un vano en arco de medio punto y un remate en el frontón triangular.
La torre, situada a los pies, está adosada al muro de la epístola. Se levantó sobre un arco de paso de medio punto. Consta de dos cuerpos de ladrillo de planta cuadrada con pilastras en los extremos de sus caras y entablamentos de diseño muy sencillo. Ambos abren en todas sus caras mediante arcos de medio punto flanqueados por frisos que presentan decoración de picas. El primitivo chapitel fue destruido y se sutituyó por un tercer cuerpo de planta octogonal.
Bienes muebles asociados:
-Retablo de la capilla Urquía. Barroco del último cuarto del siglo XVII. Lienzos con escenas de santos, barrocos de la segunda mitad del XVII. Contiene pequeña imagen de la Virgen de la Corona, talla de madera policromada, del gótico final, quizá importada de un taller flamenco, realizada en el último tercio del siglo XV. En el ático, la Virgen con el Niño y Santa Catalina, óleo sobre lienzo realizado por Antonio Van Dyck entre 1627 y 1632.
-Virgen de los Angeles, talla en madera policromada. Protobarroca, siglo XVII.
-Retablo de San Pedro de Alcántara. Barroco prechurrigueresco, hacia 1685.
-Crucifixión, en madera policromada. Hoy desmontada. Cristo, en madera policromada traido de Flandes, realizada a principios del siglo XVII; Virgen Dolorosa y San Juan,. De tradición romanista, de la segunda mitad del XVI, de la escuela navarro aragonesa.
-Retablo del Sagrado Corazón de Jesús, óleo sobre lienzo, terminado en 1788 por Francisco Bayeu y Subías. Ubicado en una estructura a modo de retablo, diseñado por el arquitecto Juan de Villanueva.
-Retablo de la Asunción de María Virgen, óleo sobre lienzo, terminado en 1789 por Francisco Bayeu, enmarcado en estructura trazada por Juan de Villanueva.
-Muerte de San José, óleo sobre lienzo, realizado por José Beratgón, pintor y grabador zaragozano, que lo concluye en 1787.
-Monumento funerario de doña Luisa de Borja y Aragón, duquesa de Villahermosa. Neoplateresco, realizado en piedra caliza a principios del siglo XX por don Aniceto Marinas, escultor.
-Retablo de la Virgen del Rosario, escultura, transición al rococó. Primera mitad del siglo XVIII.
-Retablo de Santo Domingo de Guzmán, contrarreformista, lienzo realizado en 1636.
-Retablo de San Roque, mazonería e imágenes de la segunda mitad del siglo XVIII. Corona una pintura sobre tabla, al óleo, con la Resurrección de Cristo realizado por Jerónimo Vallejo Cosida. Debió de formar parte del retablo mayor de la parroquial, realizado hacia 1548-1552.
-San Ramón Nonato, óleo sobre lienzo, finales del siglo XVII o principios del XVIII, de la escuela barroco aragonesa.
-Varias piezas de orfebrería.
-Niño Jesús, talla policromada para vestir. Próximo al taller de Alonso de Mena (1578-1646)
-Nuestra Señora del Populo, óleo sobre lienzo, finales del siglo XVIII, principios del XIX.
-Jesús con la Cruz a cuestas, óleo sobre lienzo, siglo XVIII, obra local.
-Visión de San Antonio de Padua. Óleo sobre lienzo, copia del siglo XVIII-XIX de un cuadro de Murillo.